Picsa, la verdadera masa madre italiana con ADN argento y los mejores vinos para disfrutarla

Para los fanáticos de la típica pizza porteña hay otro producto posible que acerca posturas entre tradicionalistas y nuevos “foodies”: una pizza de ADN argento a partir de masa madre, cocida a la leña, con una base crocante y una masa aireada, de sabores irresistibles, la auténtica pizza de raíz italiana con impronta Argentina.

 La pizza argentina reencontró su costado más tradicional y suma una cara innovadora en Picsa, Argenta al Molde. El local palermitano busca rescatar a este producto originario de Italia en su versión más pura, sumando valor desde la técnica y el producto.

Así, los nuevos foodies y los nostálgicos de la típica pizza porteña encontrarán una opción de ADN nacional al gusto popular: de masa aireada y suave, de base dorada y crocante, con grandes sabores y sumamente ligera, en versiones clásicas y otras originales. Además, en esta tranquila esquina del -cada vez más- gastronómico polo entre las calles Thames y Nicaragua, hay fainá fina y crujiente, empanadas fritas en versiones bien porteñas y hasta una propuesta de mezze con sabores de hogar.

Picsa está respaldado por un equipo conocedor y experimentado. El primer local nació en 2014 en Madrid, España, de la mano de los dueños de Sudestada. Fue el chef Leo Azulay quien trajo el concepto a nuestro país en el 2021 y lo llevó a cabo de la mano de Aldo Graziani (sommelier y empresario enogastronómico) y Lucila Zeballos (dueña de Birkin Coffee Bar) –la misma tríada detrás del restaurante Tora– en asociación con Damián Manusovich y Damián Sánchez, integrantes del grupo responsable de los restaurantes Alicia, Mecha y Casa Lucca en Villa Devoto.
 
La “argentinidad” de la propuesta se respira desde que se llega al local, al toparse con una fachada completamente vestida de los colores de nuestra bandera, que se repiten en las llamativas cajas para llevar. En las tres caras de la amplia esquina se ubican mesas metálicas y algunas de madera que le dan un aire moderno y minimalista al espacio. La vereda con capacidad para 50 personas recibe el calor del sol y está acondicionada con calefactores, para aclimatar el plan durante el invierno. En el interior se mantiene esta línea despojada y de estilo industrial con pisos de cemento alisado, columnas sin revestimiento, vigas expuestas, elementos en hierro y equipamiento en acero inoxidable.

El protagonismo se lo lleva la barra, resguardada por leños expuestos en un compartimento colgante,
desde donde se puede ver la acción del equipo de cocina que da forma a las estrellas del menú.
 
El foco de Picsa está puesto en unir a parejas, amistades y familias argentinas alrededor de un producto superador con una excelente relación calidad-precio. Para lograrlo, la propuesta se apoya en técnicas ancestrales y una cuidada selección de productos. Su masa parte de un poolish con masa madre y reposa por al menos 24 horas para alcanzar una fermentación completa y conseguir una pizza de muy fácil digestión, además de muchísimo más sabrosa. Las pizzas se cocinan al molde en un horno a leña de doble cámara y piso rotativo, logrando una cocción pareja y una base apenas alta, aireada y crujiente. Se suma la calidad de los ingredientes utilizados que resultan en sabores únicos: productos artesanales, materias primas nobles y vegetales mayormente orgánicos de pequeños productores locales, como tomate San Marzano para la salsa, especias del noroeste argentino, embutidos y chacinados artesanos, conservas caseras y un blend de quesos seleccionados.

En la carta conviven opciones clásicas y creaciones originales inspiradas en algunas cocinas del mundo. Entre las once variedades actuales está la clásica Muzza; la Napo, con mezcla de quesos, salsa de tomates, tomates cherry asados, ajo “arrebatado” y hojas de albahaca; la Fugazza con cebolla blanca, morada y de verdeo, toque de ajo, orégano del norte, flor de sal y aceite de oliva; la Calabresa, con mezcla de quesos, salsa de tomates y ajíes encurtidos en vinagre; la Jamón y Morrones con salsa de tomates, mezcla de quesos, jamón cocido, morrones asados a la leña y Parmigiano, Libanesa, con tomate asado, tahini de cajú, vegetales de estación al horno de leña, perejil fresco y zaátar; y la Mexicana, con muzzarella, cheddar maduro, porotos negros guisados, asado deshilachado, ajíes mexicanos y cilantro.

Si la elección de sabores genera debate, todas se ofrecen enteras o en mitades y algunas pueden pedirse por porción. Además, todos los días se proponen combos promocionales con bebida incluida. Al ícono de la gastronomía argenta no puede faltarle su aliada fainá, de masa delgada y corteza crocante al estilo de la farinata italiana, ni tampoco las empanadas que acá sirven fritas con abundantes rellenos al gusto porteño: de carne asada con cebolla, verdeo y huevo duro; de pollo orgánico bien condimentado con cebolla, verdeo y zanahoria; de jamón artesano y tres tipos de queso y de cebolla asada con mezcla de quesos.

Y para arrancar la comida o llevar todo al centro de la mesa a modo de tapeo, se suma una propuesta de mezze con platitos sabrosos y ligeros que recuerdan a la cocina de nuestras abuelas: berenjenas en escabeche fresco, morrones a la leña y un contundente lechón asado con ensalada de papas, mayonesa casera y pickles de morrón, entre otros placeres simples. La experiencia termina con postres tradicionales al modo de Picsa: flan “fuerte” con crema y dulce de leche, torta de queso a la leña, postre Balcarce helada y mousse de chocolate con dos variedades de cacao y crocante de semillas. La preferencia por el pequeño productor se refleja también en la selección de bebidas.

Hay lugar para vinos poco obvios de pequeños viticultores nacionales –que cuentan con la curaduría de Aldo Graziani–, la exclusiva cerveza artesanal mendocina Chachingo que se ofrece tirada y una breve carta de cócteles de autor por Bianca Bertoli con foco en “amargos” que bien pueden funcionar como aperitivo, acompañar la comida o levantar una tarde: Tónico Porteño (gin Argentina Wild, yerba mate, peperina y tónica), Ferrocarril (fernet Branca, Amargo Obrero, jugo de pomelo y soda), Spritz de la casa y más. Además, se ofrece agua Local –filtrada, fresca y servida en el momento– y café de granos de
calidad molidos en el momento.

Un lugar super recomendable en Palermo. Su horno a leña y la masa madre, son las estrellas, una masa increíble, muy aireada y liviana, deliciosa!, que junto a la cocción impecable, le dan un piso crocante y un sabor tostado único, me encantó la propuesta, la cocina a la vista y la cava, con muy buenos exponentes seleccionados por Aldo Graziani, varias etiquetas interesantes para probar.
Picsa es un llamado a volver a la raíz y a premiarnos con la reconfortante sensación que solo la auténtica pizza argentina puede dar, en una versión renovada, y a una excelente relación calidad precio.


Picsa
Dirección: Nicaragua 4896, Palermo, CABA
Teléfono o Whatsapp para pedidos: +54 911 4851 1265
Horarios de atención: de martes a jueves y domingos de 11 h a 00 h. Viernes y sábados de 11 h a 01 h.
Sin reservas.
Servicio de take away, delivery propio o entregas por apps Rappi y Pedidos Ya.
Instagram: @picsa_ba

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