Está claro que 2020 se colará en los libros de historia como el año de la pandemia. Tanto, que posiblemente será de esos acontecimientos en los que, décadas más tarde, nos seguiremos preguntando qué hacíamos en marzo y abril de 2020, cuando el coronavirus se instaló en el mundo y mandó a todos a quedarse en casa.
Afortunadamente, muchos uruguayos también lo recordarán por las uvas que cosecharon y los vinos que elaboraron. Porque mientras el mundo se detuvo, la tierra nos regaló una vendimia memorable. Y lo hizo lentamente, silbando bajito, sin bombos ni platillos, sin fiesta, sin pompas ni circunstancias. Pero con toda la elocuencia de la naturaleza.
Según los datos de molienda que registra el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INAVI), 159 bodegas molieron este año 93.492.254 millones de kilos de uva, un 10,75% más que en 2019, cuando se molieron en total 83.437.466 kilos.
Además, hubo cosecha en 15 de los 19 departamentos de Uruguay: Canelones, Montevideo, Colonia, San José, Maldonado, Paysandú, Salto, Tacuarembó, Artigas, Florida, Soriano, Rivera, Durazno, Lavalleja y Rocha.
Pero esto no es todo. La vendimia 2020 fue excepcional y no solo por la cantidad, sino sobre todo por la calidad de las uvas cosechadas.
El presidente de INAVI, Enól. José Lez, afirmó que en medio de esta emergencia sanitaria, “nuestro sector tiene una buena noticia y es que la vendimia 2020 ha sido realmente muy buena y nos permitirá seguir el camino trazado para consolidar nuestros vinos en Uruguay y el mundo”.
¿Por qué podemos considerar a esta cosecha como muy buena? Porque el clima ha sido benévolo con la vitivinicultura. Las condiciones del tiempo con sol y lluvias equilibradas que se registraron entre el final de la primavera y el verano favorecieron la formación de la planta. En Uruguay tenemos un clima privilegiado para la vitivinicultura con una fuerte influencia del Rio del Plata y el Océano Atlántico. “Estas características – prosiguió Lez ofrecen las condiciones óptimas para el estado fenólogico de las plantas y generan vendimias muy buenas. Y en nuestro caso, excelente”. De esta cosecha 2020 podrán elaborarse vinos muy buenos, tanto jóvenes con buen perfil cromático, como de guarda con el equilibrio de madurez justo.
“La buena noticia es que esta vendimia nos permite seguir nuestra hoja de ruta, seguir apostando a la exportación y consolidar el mercado interno”, concluyó el presidente de INAVI.
Toda una experiencia nueva
“Todas las vendimias son especiales”. Esto afirma el enólogo uruguayo Eduardo Boido, responsable de los vinos de Bodega Bouza. “Uruguay tiene un clima bastante variable y sobre todo durante el período de cosecha. Pero esta vendimia tiene características que no recuerdo en otros años ya que no tuvimos lluvias en todo el período de madurez. Esto hace que el manejo del viñedo y el momento de cosecha se hayan convertido en toda una experiencia nueva”.
Y el clima, claro está, fue el factor decisivo. “Algunos parámetros indicadores de la madurez, como es el contenido de azúcar, presentaran datos satisfactorios muy rápido. Sin embargo, otros parámetros como la madurez de semilla y piel tardaron un poco más y exigió ser muy cuidadosos en la decisión del momento de cosecha”.
A diferencia de otros años, añadió, “la decisión de realizar la cosecha se hizo tratando de mantener una buena acidez en la uva, a pesar de poder esperar sin ningún problema unos días más. Por otra parte, la falta de lluvias hace que la fruta tenga condiciones sanitarias perfectas, sin ningún riesgo de desarrollo de hongos como la Botrytis, y por lo tanto a diferencia de otros años la uva se pudo conservar hasta el momento óptimo en la planta sin ningún problema”.
Aventuró que esta temporada habrá vinos con color muy atractivo, con buen volumen y estructura, en muchos casos con taninos muy agradables ya desde el descube. “Hay que esperar su evolución, pero todo viene muy bien”.
Y destacó: “Comenzamos temprano con las uvas blancas tratando de no perder acidez y nos dejó madurar perfecto; el Merlot que esperamos un poco más, al igual que en el caso del Tannat. Sin duda esta es una de las vendimias que recordaremos por sus características”.
El sueño del pibe
Para Fernando Pettenuzzo, presidente de la Asociación de Enólogos del Uruguay (AEU), el año 2020 le ha regalado una vendimia memorable. Y no es un concepto que él tome al azar.
“¿Qué características tiene una vendimia para que se denomine histórica? Yo no soy meteorólogo, pero puedo decir que a partir de diciembre, cuando las precipitaciones empezaron a disminuir y se instaló una sequía en todo el territorio, las plantas tuvieron que comenzar a esforzarse más para buscar nutrientes y humedad y eso genera una tamaño de fruta más pequeño, un contenido de azúcar bastante alto, una acidez equilibrada y un PH bajo. Todo eso, enológicamente hablando, es el sueño del pibe”.
Y agregó: “Si vamos al concepto de que el vino se hace en la viña y que el 90% del vino es la uva, si tenemos una madurez fisiológica perfecta, una madurez enológica perfecta y un resultado sanitario perfecta, tenemos una materia prima perfecta. O sea que el 90% del vino casi estaría hecho. Uniendo todos esos conceptos, podemos llegar a decir que esta vendimia es perfecta”.
Sobre los vinos podemos esperar de esta vendimia, Pettenuzzo adelantó que tendrán mucho color en las variedades tintas, expresión a fruta en las variedades blancas, y sobre todo “los vinos que vamos a elaborar en esta cosecha serán vinos para guardar, para marcar, para dejar en nuestra cava y decir tengo vinos de la cosecha 2020”.
“Tenemos la suerte de haber elaborado Tannat de diferentes puntos de nuestro país y todos cumplen con un padrón de mucho color, violáceos, azulados, negros; mucha fruta en la nariz y un contenido de alcohol medianamente alto. También hemos cosechado Merlot, Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon, Chardonnay, Pinot Noir y Sauvignon Blanc. Estas variedades han sido cosechadas en Artigas, Salto, Paysandú, Tacuarembó, Maldonado, Canelones y Montevideo.
El titular de AEU no esconde su absoluta felicidad con la cosecha 2020, que coincide a su vez con su propia vendimia número 20 y recomienda: “con mucha moderación y mucho estilo, sigamos consumiendo vinos elaborados por los enólogos uruguayos”.
La buena noticia
Martín Viggiano, enólogo de Bodega Cerro del Toro en Pirápolis, coincide en las excelentes características esta cosecha. “Desde el punto de vista sanitario tuvimos un ciclo sumamente positivo, pudimos cosechar la uva sin ninguna alteración. Sin embargo, es realmente una vendimia atípica, en primer lugar por el registro de lluvias que fue muy bajo, un verano muy caliente, con olas de calor a fines de enero y principios de febrero, que obligó a intenso trabajo de riego en el viñedo para evitar estrés hídrico excesivo y completar justamente esa maduración buscada en cada una de las variedades”.
Por esta razón, está seguro que los uruguayos nos encontraremos, tanto en Maldonado como en el resto del país, con vinos de excelente calidad, “seguramente con un poquito más de concentración de color en los tintos, en cuerpo, en estructura, y seguramente con algo más de graduación alcohólica, siempre dentro de un grado de calidad muy muy buena en esta vendimia muy muy buena”.
Y concluyó: “En este contexto de incertidumbre, tenemos una muy buena noticia para darles y es que lo que los vinos uruguayos 2020 van a ser de excelente calidad y por los invito a brindar con vino uruguayo”.
Ni un solo cajón sucio de barro
Lucía Favretto, directora de INAVI y titular de la bodega Favretto Dragone, aseguró que acaba de vivir una vendimia con una calidad de uvas que no se daba desde hacía 20 años. Tanto que, afirmó, no hubo una sola uva afectada por Botritys.
“Con las uvas de este año podemos elaborar todos los estilos de vinos posibles, al poder aplicar las técnicas de elaboración acordes al producto que queremos obtener”.
Así, consideró una gran satisfacción poder terminar una vendimia lenta y sin prisa “sin tener un solo cajón de uva sucio de barro hasta el último día de cosecha. Pudimos darnos el lujo de hacer pre cosechas en variedades finas, esperar una semana más para cosechar el resto y obtener más concentración de fruta.
Otro lujo, agregó, “fue que todos nuestros vinos de mesa serán grandes vinos, será un deleite para el consumidor tener por el mismo precio un vino de calidad superior”.
Pero el mayor de todos los lujos que pudieron darse Favretto y su familia “fue poder elaborar un vino rosado como el de nuestros ancestros, con la uva Isabella de la única fila de viña que conservamos plantadas por el bisabuelo y la uva del parral de la nonna”.
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